Por orientarse entiende él hacer con la memoria una excursión por lo pasado, y otra con la fantasía por lo porvenir. Gedeón, en suma, quiere y cree que necesita entrar en cuentas consigo, antes de dar el primer paso confor. Si alguna vez saltó cercado ajeno, no pecó el seto de espinoso ni de elevado. Así se cumple con otro de los deberes que son anejos al derecho de vivir entre gentes civilizadas. Afortunadamente, no es difícil. Las amas de llaves todo lo esperan de él; las jóvenes todo lo creen posible; y ni las unas ni las otras tienen que lidiar con la fiscalización intransigente de la señora de la casa.
No estaba enamorada de ese hombre tan malvado. Lo engañé y no me arrepiento. Mi nuevo 'amigo' me trataba como yo quería: todo con calma. Mis necesidades importaban y hacía lo que yo quisiera, incluso las cosas que no le gustaban las hacía por mi. A l final me divorcié y ahora soy muy feliz. Así que sí, lo engañé. En mi corazón n unca puse los cuernos al hombre con el que me casé sino al maltratador que abusaba de mí cada día. No tenía la valentía para dejarle y él tampoco lo hacía.
